Declaración Pública FEDEPRUS Metropolitana
Un 7 de abril de 1948, los países del mundo se unieron y fundaron la OMS para promover la salud, mantener el mundo seguro y servir a los vulnerables, para que todos y todas, en todas partes, puedan alcanzar el más alto nivel de salud y bienestar.
Chile es un país en desarrollo, por lo tanto, el fortalecimiento de la salud pública es un tema de interés permanente, para lo cual requerimos avanzar en decisiones políticas que permitan contar con respaldo financiero, con trabajadoras y trabajadores seguros, con estabilidad y con un sistema de gestión que dé respuesta al servicio público, libre de toda sospecha de corrupción y de interés de particulares o de algunos pocos.
En estos días se ha estado debatiendo, a raíz de un fallo de la Corte Suprema, sobre las Isapres y las consecuencias financieras que provocará sobre el futuro de dicho negocio y no relevamos, sino más bien invisibilizamos que en un país, donde el 80% de la población se atiende en el sistema público, tiene grandes dificultades para un acceso digno, existiendo una precarización de la salud pública. Lamentablemente la agenda pública debate sobre la industria y negocio de los privados que atiende a menos del 20 % de los habitantes de Chile.
Este hecho explica porque nuestro país no ha logrado dar un paso de calidad que beneficie nuestra salud pública, no hemos logrado consenso nacional para reformar por fin la salud en Chile, explica porque cuando tenemos posibilidades de avanzar la clase política es capaz de negarnos esa posibilidad rechazando una reforma tributaria tan necesaria, esto se explica solo porque la preocupación no está en los más necesitados, sino en las elites que son además quienes legislan en este país. Con esto estamos lejos de tener salud digna para todas y todos, muy por el contrario, seguimos incrementando las desigualdades en este derecho tan básico y necesario para el desarrollo de una sociedad.
Hay que reconocer que, en este contexto, el actual Gobierno ha dado un paso importante para buscar terminar con la segregación del sistema, dando inicio al pilotaje de la universalización de la Atención Primaria de Salud (APS) para todos los chilenos y chilenas.
Este plan de universalización de la APS, implementado en 7 comunas del país, en un inicio permite que todas las personas que viven, trabajen o estudien en dichas comunas puedan acceder a las prestaciones que realizan los establecimientos de atención primaria.
Como gremio de la salud valoramos esta decisión política y esperamos que sea el impulso inicial para concretar un sistema público universal completo y robusto, que asegure una atención digna y de calidad para todos y todas sin excepción.
Nuestra Federación cree firmemente que con este punto de partida como país debemos mantener esta línea y no cada 4 años replantearnos las políticas públicas, para ello requerimos contar con una Constitución que resguarde el derecho a la salud y no volver a relativizar según los recursos que se tengan el acceso al sistema, no después de haber vivido una pandemia que tensionó y exigió, como nunca a nuestro sistema de salud y que logramos como trabajadoras y trabajadores de la salud, salir dignos y responder a nuestra comunidad a pesar del abandono del sector.
Quienes gobiernan deben entender que resguardar la salud la población es fundamental para el desarrollo de un país y para lograr avanzar en cualquier otra materia, no solo hablamos de la salud física, sino que es necesario hacerse cargo de la salud mental, salud dental e incluso de los aspectos ambientales que también influyen en nuestro estado total de bienestar.
Solo como dato, Chile es el país con el menor porcentaje de inversión en la salud mental entre los miembros de la OCDE, con solo un 2,1% del presupuesto total de salud, lo que está muy por debajo del 6% recomendado por la OMS. Por otra parte, en un informe del año 2022 de la Universidad Católica de Chile y la Asociación Chilena de Seguridad señala que uno de cada 5 chilenos ha sufrido o sufre algún trastorno de salud mental y que en materia de atención uno de cada 5 personas diagnosticadas con depresión accedía a tratamiento.
Las cifras antes mencionadas son solo un atisbo y un ejemplo puntual de las carencias y necesidades de salud de nuestro país, lo que refleja que tenemos grandes desafíos y que las políticas públicas no deben depender de las autoridades de turno ni de intereses de los poderosos, sino tienen que beneficiar a todos por igual, teniendo en consideración las condiciones de los más vulnerables y es en esta línea que como federación de profesionales de la salud es que seguiremos luchando incansablemente para que más temprano que tarde alcancemos una salud y vivir digno.