Hoy 8 de enero se cumplen 76 años desde que las chilenas obtuvimos el derecho a votar en elecciones presidenciales, un hecho que cambió para siempre la democracia en nuestro país. La aprobación de esta conquista fue luego de una lucha de años, liderada por mujeres visionarias quienes, a pesar de los obstáculos culturales y políticos, mostraron que la participación femenina era crucial para construir una sociedad más justa e inclusiva.

A dos meses del Día Internacional de la Mujer, este hecho merece ser relevado.  El voto femenino no solo aumentó el número de votantes, sino que también dio inicio a una nueva era en la política chilena. Las mujeres dejamos de estar en el ámbito privado para convertirnos en agentes de cambio en el espacio público. Este progreso significó un quiebre de siglos de exclusión y subordinación, abriendo el camino a la lucha por otros derechos como la igualdad laboral, la educación y la participación equitativa en los procesos de decisión.

Como Secretaría de Igualdad de Oportunidades de Fedeprus Metropolitana queremos destacar este hecho, porque fue trascendental en la búsqueda de igualdad de derechos.  Hoy, la escasa presencia de mujeres en posiciones de poder sigue siendo un recordatorio de la necesidad de defender y ampliar los derechos obtenidos, porque los retos permanecen: la violencia política de género, la brecha salarial y la desigualdad estructural son recordatorios de que la lucha feminista aún no ha terminado. En este contexto, como Fedeprus Metropolitana nos unimos al llamado para reflexionar y actuar por una democracia verdaderamente igualitaria, fomentando ambientes seguros y justos para las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad.

El legado de mujeres como Elena Caffarena, Amanda Labarca, Marta Vergara, Eloísa Díaz e Inés Enríquez Frödden, y de millones de mujeres que desde su anonimato bregaron por este derecho, sigue presente en cada marcha, en cada voto y en cada reclamación feminista.

Celebrar este aniversario no solo es un acto de recordar, sino también un compromiso con el presente y el futuro: el de asegurar que ninguna mujer sea excluida de los lugares donde se toman las decisiones que afectan sus vidas. Porque la democracia, sin las mujeres, simplemente no es democracia. A dos meses de un nuevo 8 de marzo nos articulamos, nos coordinamos y actuamos juntas con el objetivo de trabajar con dignidad y vivir con  justicia!!!