Columna de Opinión Directorio FEDEPRUS Metropolitana

Este 18 de octubre se cumplen 3 años desde que en nuestro país se produjo el estallido social, donde el pueblo se manifestó en contra de todas las injusticias sociales que por décadas reinaron y siguen estando en nuestro Chile, cómo olvidar cuando se colmaron las calles de millones de personas que clamaban por mejorar las condiciones de vida, reflejando un hastío generalizado en todos los sectores sociales y generacionales de nuestra sociedad.

Tampoco podemos olvidar cómo se atropellaron los derechos humanos con la represión policial presente en todas y cada una de las manifestaciones, cientos de personas con ojos mutilados y miles de víctimas de violencia estatal. Este recuerdo cruel nos lleva a pensar si algo de ello valió la pena, si se logró transformar si quiera en parte, las tan sentidas demandas de chilenas y chilenos agobiados por un país injusto y desigual.

Quizás en su momento se pensó que algo se había logrado con el acuerdo para la ejecución de un proceso constituyente, que por fin se conseguiría avanzar en cambios, pero lo que fue una sensación de victoria se fue desmoronando y el resultado de ello fue coronado con el triunfo de la opción rechazo en el plebiscito de salida, apoyando por el 61,9% de los votantes. ¿Qué pasó entonces?; desinformación, manipulación, desconfianza… los factores pueden ser muchos y muy discutibles, pero la realidad es que desde ese 18 de octubre de 2019 no se ha cambiado nada, las luchas sociales siguen existiendo y la desesperanza aumenta cada día más.

Las fuerzas políticas hoy negocian un nuevo diseño de proceso constituyente, quizás esto es lo más paradójico entre los resultados del plebiscito de salida recién pasado y las consignas y el sentir de las manifestaciones en el contexto del estallido social, el pueblo promovía la renovación de la actual Constitución, pero que fuese generada desde la ciudadanía y no desde los mismos actores políticos que siempre han gobernado, pero hoy todo vuelve a manos de los líderes políticos que fueron tan duramente criticados por las y los chilenos.

En este escenario la pregunta es ¿Qué nos queda por hacer como sociedad civil?…  ¿tomar palco o seguir desafiando a la autoridad y exigirle que al menos este sea un proceso limpio y pensado en y para la gente? Como Federación Democrática de Profesionales Universitarios de la Salud, nuestra opción será siempre la segunda, pues creemos firmemente en que no podemos olvidar lo que surgió de ese 18 de octubre, no podemos olvidar a las personas y sus necesidades, no debemos olvidar en la injusticia y falta de equidad en la que vivimos y por sobre todo no tenemos que olvidarnos de seguir luchado con convicción porque se consagren legítimamente los derechos fundamentales relativos a seguridad social, pensiones, educación, vivienda, alimentación, deporte, derecho al agua, trabajo decente, libertad sindical, derecho a la igualdad, la no discriminación y a la memoria y, muy particularmente, que se garantice el derecho a la salud y que esta sea de calidad y oportuna para todas y todos, asegurando el bienestar integral, incluyendo su dimensión física y mental.  

Sin dudas, para quienes fuimos parte del movimiento social surgido aquel 18 de octubre del 2019 conmemorar el estallido social es una instancia de reflexión profunda sobre nuestro rol y la lucha que debemos seguir dando, debemos instarnos a no perder la energía que nos movilizó, entender y crear consciencia con diversas acciones que lo que realmente importa es promover la equidad y esta solo se logra estableciendo normas constitucionales que las resguarden y que no podemos seguir esperando pasivamente que sea solo el sector político que tome las riendas de un nuevo proceso constituyente sin oír ni entender las necesidades reales de un  país que requiere de cambios profundos ¡ahora!